Si el campo bariónico propuesto es capaz de reproducir los efectos gravitacionales a escala galáctica, resulta necesario explorar su papel energético en la estructura y evolución del Universo. Esta segunda fase extiende el formalismo inicial hacia el régimen energético, introduciendo términos que describen la densidad y presión del campo, así como su comportamiento de confinamiento y liberación.
Se muestra que el mismo potencial responsable de la rotación estelar puede almacenar energía y generar una presión negativa efectiva, análoga al fenómeno atribuido a la energía oscura. El modelo proporciona un vínculo directo entre la física local del confinamiento bariónico y la expansión cósmica global, manteniendo coherencia con los parámetros derivados en la fase anterior. De esta manera, la teoría propone un escenario unificado en el que materia y energía oscuras emergen como manifestaciones de un mismo campo bariónico fluctuante.